Afortunadamente ahora se sabe lo importante que es dar un espacio y permitir la expresión de nuestras emociones. Lo complejo de ello es qué hacemos una vez que éstas aparecen.
Como plantea Eduardo Punset, los seres humanos expresamos nuestras emociones de manera instintiva. Nadie nos ha enseñado a sonreír y, sin embargo, desde bebés este gesto surge frente a los estímulos agradables que se nos presentan. En contraposición, cuando nos enfrentamos a situaciones desagradables, nuestro cuerpo también responde y lo manifiesta de diversas formas.
Los cambios sociales, y las necesidades que surgieron de ellos, nos colocan como padres y educadores en la compleja tarea de ponerle luz a la enseñanza de nuestras emociones y de generar recursos en los niños para desenvolverse asertivamente en su entorno.
Hoy sabemos que aquellas personas que logran un mayor conocimiento de ellas mismas, que saben gestionar su mundo emocional y se relacionan empáticamente con quienes las rodean, pueden construir una vida más plena.
Buscaremos por medio de este espacio generar un encuentro de intercambio y de profundización sobre temas relevantes a la educación de nuestras emociones y las de los demás. Para ello, nos encontraremos semanalmente con distintas propuestas y con ganas de escucharlos e intercambiar nuestras experiencias.
Ya no podemos mirar para otro lado si queremos que un niño llegue a ser un adulto feliz, ni desconocer que aprender a manejar asertivamente su emocionalidad es casi un pasaporte hacia una mejor calidad de vida.
Equipo creSER